Miguel Hernández luchó en la guerra,
Miguel Hernández cargó fusiles con sus poemas.

Barro me llamo aunque Miguel me llame,tengo el rostro de surco articulado.

Barro es mi nombre aunque Miguel me llamo,tengo el rostro de surco articulado.

Por eso en este homenaje
no se recuerdan sus versos:
se recuerda al camarada,
se recuerda al pregonero,
al miliciano  Miguel,a Hernández,
el compañero.

Miguel Hernández murió en la cárcel
por comunista,no por poeta ni por artista.


Si pudieran revivirle y
conseguir amaestrarlo:
¡Qué alegría,otro Pemán!
Si reviviendo Miguel
volviera a ser comunista.
volverían a matarlo.


(de hecho nadie le «revive»,y las reliquias de la sabia sin otoño del árbol talado que retoño aún tiene la vida, siguen sin retornar aladas a las intenciones y a las palabras de la lengua y  de la frente de la juventud temprana,¡Cúanto será mí dolor Violeta del Alto Cielo Maldito¡)